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Conforme pasa el tiempo, como seres humanos vamos adquiriendo o desarrollando hábitos que pueden resultar positivos o negativos, según sean nuestras costumbres, algo que también se puede trasladar al ámbito automotriz.
Es por eso que debemos corregirlos a tiempo, pues dichas mañas, desde dejar la mano en la palanca de velocidades o mantener recargado el pie en el pedal del embrague, entre muchos otros, podrían provocar desgaste prematuro en algunos componentes de nuestro vehículo, y que tarde o temprano tendrán que ser reemplazados.
De modo que en esta primera entrega, hicimos una lista de los malos hábitos al volante que debes eliminar de inmediato si quieres que la vida útil de tu auto se prolongue por más tiempo.
No revolucionar lo suficiente el motor
Lo creas, o no, el hecho de conducir nuestro vehículo con el motor trabajando a un régimen muy bajo de revoluciones por minuto puede provocar daños.
Independientemente de que si el motor de tu coche está acoplado a una transmisión manual o automática, los propulsores modernos, sobre todo los que queman diésel, utilizan sistemas para reducir la contaminación provocada por los gases de escape, como los catalizadores o filtros de partículas, los cuales necesitan que el motor alcance un régimen más elevado de revoluciones por minuto para que dichos sistemas logren alcanzar su temperatura de trabajo ideal y cumplir así con su función.
El no alcanzar un régimen de revoluciones óptimo en el motor también contribuye a la acumulación de depósitos de carbón en el interior del catalizador, algo que a la larga también puede generar problemas.
Acelerar el motor de más cuando está frío
Cuando el motor lleva un buen rato apagado, y por lo tanto está frío, la mayor parte del aceite queda depositado en el fondo del cárter.
Por eso, cuando arrancamos nuestro coche, el propulsor necesita unos segundos para que el aceite llegue a todos los rincones del sistema y también para que el lubricante alcance una mayor temperatura y, en consecuencia, una mejor lubricación.
Esa es la razón por la que acelerar en exceso con el motor frío puede provoca un mayor desgaste internoy fricción de las partes del motor, como camisas de cilindros, anillos, bielas y árboles de levas, entre otros.
Con el tiempo que tardas en colocarte el cinturón de seguridad y vincular tu teléfono al sistema de infoentretenimiento será más que suficiente.
Manejar el coche con la reserva de gasolina
Ya sea como un mal hábito como conductores o por descuido, conducir un vehículo con un nivel de combustible bajo no sólo nos pone en riesgo de quedarnos tirados en el camino, sino que, además, podría dañar la bomba de gasolina.
El primer daño que provocamos es que, al encontrarse sumergida dentro del tanque de combustible, la misma gasolina actúa como refrigerante, por lo que, al tener nivel demasiado bajo, podría provocar que la pieza se sobrecaliente. El segundo escenario es que, cuando la gasolina es escasa, la bomba succiona aire en lugar de combustible, lo que desgasta sus piezas prematuramente, pues la gasolina también funciona como lubricante.
No respetar los periodos de mantenimiento y cambio de aceite
Todos los coches deben de ser sometidos a labores de mantenimiento después de ciertos kilómetros recorridos o de un periodo de tiempo, esto para garantizar su buen funcionamiento y detectar alguna falla oportunamente, sin embargo, mucha gente, por no querer gastar dinero en ello, tiende a alargar un poco más el tiempo al observar que su vehículo no presenta fallas durante su operación.
Esto es un error que podrías pagar muy caro a largo plazo, pues estarás restándole vida útil al motor de tu auto al usarlo con un filtro y aceite que ya cumplieron con su periodo de buen funcionamiento, pues el desgaste será mayor debido a que el lubricante ya no protege del mismo modo debido a su degradación, eso sin considerar la revisión de otros sistemas del coche, como el de frenos, suspensión, refrigeración, entre otros.
Pisar incorrectamente el pedal del embrague
Otro de los daños más temidos en nuestro auto tiene que ver con el embrague, esto cuando equipa una transmisión manual.
El pedal del embrague sólo debe de pisarse en el momento que vayamos a realizar un cambio de velocidad, ni antes, ni después, ya que de lo contrario, el peso de nuestro pie sobre el pedal, mientras manejamos, provocará que las pastas del clutch, encargadas de desacoplar la tranmisión del motor al momento del cambio, se desgasten más rápido por la fricción, de modo que debes colocar tu pie izquierdo en el reposapies que está a la izquierda del embrague.
Cada vez que cambies de velocidad, asegúrate de pisar a fondo el pedal, en todo su recorrido y no lo sueltes demasiado rápido, esto para evitar generar más fricciones innecesarias.
En los altos totales, mientras esperas el cambio de la luz en un semáforo, no dejes presionado el pedal del embrague y con la velocidad insertada, lo mejor es colocar la transmisión en neutral.
Vía: Atracción360.